Blog de lectura Martín Peinado

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*Recursos adaptados a los diversos ciclos de Primaria, muchos de los cuales provienen de fuentes externas al colegio.

La Ratita presumida



      Había una vez una ratita que cada día barría la escalera de su casa. Una mañana muy temprano, mientras barría la escalera, se encontró una moneda. La ratita se puso muy contenta y, muy ilusionada, empezó a pensar que podría comprar con ella

- ¿ Qué me puedo comprar? ¡Muchos dulces! No, no, que si como muchos dulces, se me estropearán los dientes…¡ Ah ya sé! Me compraré un lazo para mi cola.

Y dicho y hecho, la ratita presumida se fue caminando hacia la tienda.

- Buenos días, señora vendedora- dijo la ratita.

- Buenos días - respondió la señora-. ¿Qué desea?

- Quiero comprar un lazo para mi cola.

- Muy bien. ¿Y de qué color lo quiere?

La ratita lo pensó un momento y después dijo:

- Pues de color…de color…¡rojo!

La vendedora cortó un trozo de una bonita cinta para que la ratita presumida pudiera hacerse un gran lazo de color rojo. La ratita sacó su moneda y le pagó con ella.

Cuando llegó a su casa, corrió a mirarse al espejo y se probó el lazo. ¡Qué guapa estaba! La ratita era tan presumida que decidió salir al balcón para lucir su lazo nuevo.

Cuando llevaba un rato en el balcón, se acercó un gallo y le dijo:

- Ratita, ratita, tú que eres tan bonita, ¿quieres casarte conmigo?

- No sé, no sé…¿A ver qué voz tienes?

- ¡Quiquiriquí! ¡Quiquiriquí!

- ¡Ay, no, no! ¡Tu voz es muy chillona!

Y el gallo se marchó muy triste. Al cabo de un rato, se acercó un perro y le dijo:

- Ratita, ratita, tú que eres tan bonita, ¿quieres casarte conmigo?

- No sé, no sé …¿A ver qué voz tienes?

- ¡Guau! ¡Guau!

- ¡Ay, no, no! ¡Tu voz es muy fuerte!

Y el perro se marchó muy triste. Más tarde, se acercó un cerdo y le dijo:

- Ratita, ratita, tú que eres tan bonita, ¿quieres casarte conmigo?

- No sé, no sé… ¿A ver qué voz tienes?

- ¡Grrr! ¡Grrr!

- ¡ Ay, no, no! ¡ Tu voz es muy desagradable!

Y el cerdito se marchó muy triste. Por último, se acercó un gato y le dijo:

- Ratita, ratita, tú que eres tan bonita, ¿quieres casarte conmigo?

-No sé, no sé… ¿A ver qué voz tienes? 

- Miau, miau…

- ¡ Ay, sí, sí! ¡Tu voz es muy dulce!

Tanto le gustó la voz del gato a la ratita que se enamoró de él y, al poco tiempo, se casaron. Pero un día, el gato dió un beso a la ratita y tan dulce la encontró, que de un solo bocado se la comió.

Y colorín, colorado, este cuento se ha terminado,¿os ha gustado?

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